Ejercicios y más ejercicios
21:53Les quiero compartir otro ejercicio de mi clase de escritura creativa, ya ustedes opinaran :)
Aquí el texto del cual debiamos responder a la pregunta:
¿Por qué Ole Anderson no hace nada?
Ya era bastante malo pensar en
que le di la espalada a los míos al matar Billy con la misma arma que él me dio
para matar a Reff, pero las cosas debían de ser así. Nadie conocía nuestro
secreto y el día que Billy se dio cuenta no pasó mucho tiempo para darme mi
merecido, porque, realmente lo merecía. Pero qué podía hacer, ni siquiera
cuando era boxeador me dolía destrozar la mandíbula de mis contrincantes porque
eso eran, meros adversarios que se ponían en mi camino al éxito y solo
tirándolos al vacío podía lograr mis metas, mis objetivos. Pero el día que
encontré a mi mejor amigo, con el que crecí, el único que no se burló de mí cuando
decidí ser boxeador siendo que solo pesaba 60 kilos, con el que me fui de
borrachera cada fin de semana y compartí las anécdotas sobre mi primera pelea,
mi primer divorcio, sobre la chica que tenía un tatuaje en la parte baja de la espalda con la palabra
esperansa mal escrita, cómo nos burlamos esa vez. Solo pasaron 5 años en los
que no supimos nada de nosotros y tenía que encontrarlo justo del otro lado, en
el bando equivocado.
Las cosas se manejaban así en los
barrios bajos de Chicago, o controlabas la zona o morías en el intento porque
sobrevivir sin luchar no era una opción. La lucha por el control era muy
marcada entre pandillas, pero la que tenía el control en ese momento era la
nuestra, los roedores. El problema empezó cuando los asesinos comenzaron a
ganar terreno y gente y así se convirtieron en los rivales principales. Nadie sabía cómo había logrado hacerse un
lugar en esta lucha pero yo conocía la razón, Reff siempre fue un gran
estratega, el problema es que estábamos en un tiempo y lugar equivocado.
Trate de evitar las riñas
personales para nunca toparme con él pero debía estar totalmente loco si
pensaba que nunca llegaría el día en que las cosas se salieran de control y
pasara una de dos cosas. Los asesinos tomarían nuestra zona o yo tendría que
matar a Reff para defender nuestro territorio.
Ese día llegó demasiado pronto.
Billy ideo todo un plan para derrotar a Reff y me escogió a mí para que yo le
diera la bala que terminaría con su vida, que mejor forma de demostrar mi
lealtad me había dicho y bueno realmente lo hice, demostré mi lealtad, pero no
de la forma que él habría deseado.
Cuando llegamos al lugar del
crimen que iba a suceder, Reff noto mi presencia y si demostró un momento de
sorpresa supo esconderlo inmediatamente. Sin embargo Billy sí lo noto pareció
regocijarse en su plan. Las cosas le estaban saliendo como lo había dicho sin
embargo lo que no pensó fue que su amigo y secuas de varias tretas para
controlar su zona, la zona que consiguieron juntos, fuera el que ahora le
apuntara con una pistola y le disparará por defender a su antiguo amigo que lo
abandonó después del accidente en el que él iba conduciendo borracho y su
hermana perdió la vida. Fue su culpa y aun así lo defendía, fue algo con lo que
Billy se quedó pensando cuando dejó de respirar.
Ole huyo de la escena y se
refugió en su apartamento, pensó en que quizás los demás creerían que las cosas
habían salido mal y que al final Reff había matado a Billy pero Ole logró
escapar milagrosamente. Qué estúpido pensar que las cosas iban a salir bien
después de eso.
Citó a Reff en el restaurante de
la cuadra para pedir su ayuda y pensar en sus próximos movimientos, después de
todo él siempre fue ideando planes y al parecer tenía uno que los sacaría de
ese aprieto. El problema fue que no fue el único remitente del mensaje puesto
que Max, el tercero vio el mensaje y decidió actuar por su cuenta sin que Ole
se diera cuenta.
Cuando Ole llegó a la esquina vio
que todos sus hombres estaban rodeando el restaurante y huyo de nuevo a su
escondite. Las noticias no se hicieron esperar y la pandilla estaba feliz de
haber acabado con Jeff pero les faltaba un traidor.
Al siguiente día Ole no salió de
su habitación y con justa razón. Había matado a su amigo por defender a otro
que también había muerto por su culpa y lo peor de todo que seguramente
pensando que todo fue una emboscada. Solo
se quedó mirando la pared en la que una vez colgaba la foto de dos amigos
compartiendo una sonrisa.
Cuando el chico del restaurante
llegó y le dijo lo sucedido, realmente no sintió miedo ni coraje o incluso
nerviosismo, la verdad es que no sentía nada más que remordimiento. Era un
traidor después de todo, y sentía que la única forma de desparecer las voces
que lo molestaban era la que le ofrecía su pandilla, la muerte.
0 comentarios