Te sientas en un rincón, como el cliché de siempre. Sólo no quieres que te observen llorar y por eso te escondes. Y observas.
Observas a las familias cuando se abrazan y les dicen que tan orgullosos están de este gran logro y te preguntas ¿Los tuyos también estarán orgullosos?
Observas a la gente en sus mesas, divirtiéndose y compartiendo este momento y te vuelves a preguntar ¿por qué tú no puedo hacer lo mismo?
¿Por qué esperaste tanto por este día y hoy sólo quieres que termine?
¿Por qué te sientes sola aunque sabes que no lo estás? Estas rodeada de gente que te quiere pero no es lo mismo.
No quieres estar aquí y sueñas con que eres la persona más rica del mundo y puedes invitar a todos los que quieres, incluso los que están a miles de kilómetros de distancia. Que él está ahí y no ve todo desde arriba, porque hoy no quieres que este observando, quieres que esté presente y abrazarlo y que te diga lo orgulloso que está. Y que le diga a también a tu madre que todo es gracias a ella. Y que se abracen y que tu madre ya no llore. Quieres ser plenamente feliz aunque sea sólo por un instante pero es sólo un sueño por eso me siento junto a ti y lloro contigo.